martes, 18 de enero de 2011

Nacida en un agujero en la sombra

Maru Delgado  (1987)
 
Nació en un agujero en la sombra
impetuosamente cerrado
por unas manos en la garganta 
se encierra en la gloria
entre el silencio de las cosas

y el golpe que se da
bajo el agua materna.  





i

Un óvulo recorre mis espinas

buscando el esperma que has depositado en mis labios

la existencia se escurre de mí vomitando dos células fecundadas

que se resignan a morir bajo el peso de tus huesos


ii

Mis pesadillas han desplegado murciélagos

que se esconden bajo mi cama,

en avenidas que caminan por las paredes de mi cuarto

Detesto el olor a viento que tu sonrisa desprende

no me toques, no me toques porque el calor de mi sexo

es un papel que me cubre y no me deja morir

estoy matando ángeles con mi cabeza para atarlos a tu cintura

…masticando la tierra que tu sexo despide

He cazado mariposas para quemarlas,

he visto morir los objetos bajo el peso de su propia belleza

me he visto morir…. Y tengo miedo.


iii

El verbo que concibo se desintegra con pupilas que perforan mi cráneo

t(ú) imagen ya no se refleja en los espejos

He perdido el rostro en oscuridades inciertas

Mi –yo- se fragmenta con cada idea que inútilmente intento construir

me pierdo en tierra de imposibilidades depositadas por tu aliento

Ya no tengo rostro

Las máscaras ya no esconden mis miedos

ni la repugnante tierra que realmente soy

me quiebro como cristales que estoy clavando en mi vagina

Intensidad con que intento destruirme cada noche

Alguien sostiene mis cabellos.

Sus manos permanecen inmunes a la sangre que derraman mis ojos

voy, con los puños cerrados

lista para elevarme y morder todas las cuerdas.

Me estoy consumiendo en caricias que pretendo no sentir

estoy clavando las uñas en tu sombra

para ahogar el grito de mi piel.


iv

Mi voz no puede ser eco de tus risas

Los muros rojos han caído

quedando en un interminable corte final

No se cómo recoger las hojas

de los árboles que eres, que soy, que hemos sido…

La tentación de alimentar el pasado me persigue

estoy cortando mis pupilas para destruir el mundo que me conforma

estoy atando mis palabras

envenenando mi sexo

estoy lamiendo las sábanas que te cubren

estoy contando los días… y los cráneos que he partido por la mitad

¿alguien siente la confusión de mis latidos?


v

Incluso el sol desta mañana no puede

sonreír ni llorar a través de mis ojos

…de mi piel abierta

Todo te guía hacia la bestia que engulle

los espejos que reflejan su propia palidez

Las horas son un puñado de ecos que recogen nuestras voces desnudas.

Este círculo de ceniza…es mi única propiedad

lo deseo, lo deseo como a un poema

como a las estrellas incrustadas en mis paredes

como a la bestia que se pierde en un laberinto de hojas

Sobre tu cuerpo, navegante

la tierra avanza

sobreexpuesta a una curva que nunca se detiene

Algún día cesará el eco y las olas vivirán en mi piel.

vi

Para que sirve un corazón

si no es para enterrar las rodillas en tierra

y matar un par de lágrimas con la piel

que se evaporan en cenizas,

para que si no es para coleccionar

calles como mariposas disecadas

sepultadas en el cielo a mediodía

Estoy agotada de correr tras tus cabellos

y de alimentar la furia de las avenidas

con golpes que devoro como agua

y gritos náufragos de mordidas

estoy agotada….

Pero alguien esta repitiendo tu nombre

en las paredes que ya no te pertenecen

entre las sábanas que he osado lavar

alguien me está señalando con el dedo

y no eres tú

Estoy atragantándome con papel

cubriendo mi útero con parches calcinados

para no usarlo jamás,

estoy escribiendo tu nombre

en círculos imaginarios

invisibles…

Porque todo se borra

Y la memoria no es más que un instrumento

Para destruirnos con evocaciones inútiles

y palabras incompletas


vii

Púdrete en las tardes que reflejan

la asquerosa belleza de la luna

en las calles que llevan mi nombre

y en los poemas escritos en cartones con olor a tabaco.

He descubierto mi piel para caminar descalza

bajo la lluvia de tus seguridades,

ya no pretendo ser los días que te envuelven

ni las noches con olor a mar.

Camino, niño, con un vestido blanco

y el velo que no me atrevo a descubrir.

(Poema tomado de El Falso Teclado)

Luego de un poema como éste, las palabras sobran.
 

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