domingo, 2 de enero de 2011

Aprendimos muy tarde a decir Ternura

Martín Zúñiga Chávez (Cusco, 1983)

Publicó los poemarios Relatos /5 (enroque ediciones, arequipa, 2003), Una pradera llamada Noche (9º Premio ARTÍfice de Relato Corto y Poesía de Loja (Granada-España). Su libro Gavia (2009) obtuvo el XXVI Premio Internacional de Poesía Ángel Martínez Baigorri, Lodosa, Navarra, España. En el año 2010 obtiene el Premio Internacional de Poesía Cope de Plata, por el poemario Pequeño Estudio sobre la Muerte.
Dirige junto con Jorge A. Vargas Prado el proyecto LAE : LEA capítulo Perú http://urbanotopia.blogspot.com/. Ha sido publicado en diferentes antologías como “Poesía Viva del Perú” (Universidad de Guadalajara, 2005), “Antología de Poesía Joven” (Arequipa, 2005), “19 poetas peruanos” de http://www.lapsusweb.net/, entre otras. Participó en el Círculo Poético Enroque editando la revista de creación literaria Enroque y más versos. Ganó el II Premio de Poesía “Antonio Cornejo Polar” (Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa, 2008). Escritos suyos han sido publicados en diferentes medios tanto en el Perú como en el extranjero. Actualmente radica en el sur del Perú.


Es un orgullo para Enero en la Palabra contar con la participación de laureado poeta peruano Martín Zuñiga. Su poética elegante retrata instantes de manera exacta y profunda, lejos de toda experimentación y desvaríos mentales, la retórica hace de pivote desde dónde el yo poético puede concentrarse en la contemplación de la Verdad. Es decir:

PEQUEÑO ESTUDIO SOBRE LA MUERTE

Aprendimos muy tarde a decir ternura
o al menos a decir lo más exactamente
"ternura", es decir:
fuego cuchilla sangre barro silencio porvenir
monosilábica mirada de bandada asustada
como una jauría en celo...


y las semanas habían pasado en mis ojeras
y me sentí torpe de poder tocarte.

(De: Pequeño Estudio sobre la Muerte)
***

LOS TECHOS DE CALAMINA VIBRAN AL COMPÁS DE LA LLUVIA

Lo mejor que puede suceder es el agua

corriendo en la cañerías

pero pocas veces suceden cosas buenas

en mi casa. Con la palabra
amor se acaban

muchas palabras. las
canciones y los bailes

de
moda. hendiduras imperceptibles en los dientes
como colinas como elefantes blancos;

porque ya es costumbre acarrear tangos

en los baldes de agua. El frío

que se filtra por las grietas me amuebla la casa.

Y aunque es un
desierto lleno de espinos y tequila



las musas bailan en mi pecho

al son del carro basurero y se ríen de mi falta de agallas,

de mi inestimable pesimismo al prender los cigarrillos.



Every time we say goodbye revolotea por la casa.

Con el
tiempo también aprenderé a reírme.

Pavlov tenía algo de razón en ello.








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