Barrios ha sido un importante actor de la movida arequipeña de inicios de siglo. Fue editor de la revista “Cara de camión”, y desde 2004 de la revista bi-regional (Lima-Arequipa) “Grita”, la cual tenía un proyecto editorial interesante, que consistía en auspiciar publicaciones de escritores jóvenes de la región a través de la ONG que llevaba el mismo. En junio del 2004 organizó el evento denominado “Tráfico, I encuentro de revistas, fanzines y publicaciones independientes-Arequipa 2004”, donde se comprobó la circulación de más de 30 publicaciones independientes, tan sólo en el transcurso de 3 años, lo cual ya es un hito histórico para las letras peruanas de este nuevo siglo.
Fragmento del libro "La espada de Santiago":
"En el Gran Libro del Universo,
existen no sólo figuras multiformes
derrapando en las redes de luz,
o el templo inagotable de las aguas.
Se leen también alados batracios.
Carnívoros debutantes
en los racimos siderales de los aires
conquistando los árboles,
y las flechas mortales del enemigo.
Olorosas manadas seducidas
por el sabor inigualable
de las aguas digitales,
irrumpiendo en la claridad inhóspita
y las mesas vacías del paisaje.
Relatos de los astros
pastando entre los niños silenciosos
y a la sombra piadosa, de los árboles frutales.
El espíritu cautivo de los vientos
atrapado tras las bardas y el lomo derruido,
pero expectante, de los espantapájaros.
Delicadas acrobacias
que los plumíferos inventan
sobre el trazo silencioso de la mano,
construyendo en las quijadas sedientas
el peso de los aires, y los abecedarios.
En el Gran Libro del Universo,
existen no sólo la forma
inquietante de la esfera
o el fuego milenario en la semilla.
Se leen también la cópula desbordante,
y la eterna armonía de los contrarios.
"En el Gran Libro del Universo,
existen no sólo figuras multiformes
derrapando en las redes de luz,
o el templo inagotable de las aguas.
Se leen también alados batracios.
Carnívoros debutantes
en los racimos siderales de los aires
conquistando los árboles,
y las flechas mortales del enemigo.
Olorosas manadas seducidas
por el sabor inigualable
de las aguas digitales,
irrumpiendo en la claridad inhóspita
y las mesas vacías del paisaje.
Relatos de los astros
pastando entre los niños silenciosos
y a la sombra piadosa, de los árboles frutales.
El espíritu cautivo de los vientos
atrapado tras las bardas y el lomo derruido,
pero expectante, de los espantapájaros.
Delicadas acrobacias
que los plumíferos inventan
sobre el trazo silencioso de la mano,
construyendo en las quijadas sedientas
el peso de los aires, y los abecedarios.
En el Gran Libro del Universo,
existen no sólo la forma
inquietante de la esfera
o el fuego milenario en la semilla.
Se leen también la cópula desbordante,
y la eterna armonía de los contrarios.
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¡LIBRO A PRESENTAR! |
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