miércoles, 26 de enero de 2011


Augusto Carrasco. (Nollueve-1985). 

Estuvo dos veces en una comisaría y una sola vez en otra. Publicó el fabuloso “Poetas perdidos el 1985” el año pasado. Director de “e.p.v. records” y editor del fan-zine “el pasto verde” que resultan ser casi lo mismo.
Estudia ciencias de la comunicación desde hace ocho años.




Sobre Ipanema



para tener 17 años fumabas demasiado
pero estaba bien
porque el humo es siempre buena compañía
porque tenias más tatuajes que una noche triste
porque una noche triste te largaste hacia la noche
porque la noche es un tatuaje que arde todas las noches
porque el humo es siempre buen alimento
    porque tenias 17 años y no pesabas más que este poema
    porque este poema habla de ti y de lo que pareces
y habla
 también
 de lo que eres ahora que no tienes 17 años
ahora que no bebes y no fumas
y que no pareces la chica triste que ardía como la marihuana de una pipa
como la madera del cielo a las seis de la tarde
que hace de ti un irreconocible ejemplo de batalla perdida
con el humo y con el mundo que te clava sus mentiras
y derrama sus laberintos de arena mojada  |  olores de marzo
de playas que hace rato pedían un cuerpo para morir sobre tu cuerpo
de playas recostadas ilegalmente al costado de tu cuerpo
de playas transparentes como ideas que te atravesaban el cuerpo
de horas rotas y lamidas por el viento que también lamía tu fuego
para  no hablar ahora de tus 17 años
   o de lo que parecías cuando tenias 17 años
y eras un tatuaje incendiándose en cada pecho que se declaraba enamorado
-nota aparte: yo vi arder a todos los muchachos que te tocaron-
  esta noche el amarillo descenso de la noche
  los planetas las gentes los pasos ligeramente arropados
  las bancas vacías de las plazas el mineral mojado de la promesa enmohecida
  todo ardía incluso los pelos blancos del esqueleto de las motos viejas
y las partes irremediables de tus pelos de humo y tus calaveras
cuando ardían los sueños y los policías y las madrugadas
y los meses y las avenidas ardían
 ( y ardía la garganta y los ojos )
y el licor naranja de la tarde la muchacha que rompía en llanto
con el humo incomparable del silencio
la marea el desierto la pena
y los peces la lluvia Noé Abraham The White Stripes y su ejército ardían
cuando tenías 17 años y fumabas como ninguna
y te coronaba el humo de la rosa de la noche
y te coronaba la palabra melancolía y su larga procesión de solitarios
 el verde tatuaje de estas playas
el intenso oleaje de ciudades asesinas
que hace poco perdieron la batalla contra estos muchachos que arden en la plaza
y te coronan te bendicen te recuerdan y brindan por quien eras y por todo eso
que parecías cuando tenías 17 años y el maldito resplandor del humo

del humo de la rosa.


certificado de garantía


y si el poema no fuese
la rosa transparente
que doblamos
para llegar a casa

y si la casa no fuese
el poema doblado
que guardamos
para regalar a nuestra madre

y si la rosa no fuese
la muchacha que espera
envuelta en manteles
como un plato de comida caliente





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