miércoles, 22 de diciembre de 2010

Memorias Desconocidas (ECUALIZADO)

"Nació en Cusco en 1989, año en el que traer al mundo un nuevo ser era algo –muchas veces- impensable. Dio sus primeros pasos de la mano de sus padres y abuelos; luego él mismo se encargaría de buscar una que otra oportunidad para caer. Estudió en un colegio católico, pero aprendió más en casa, con libros, amigos y música. Actualmente estudia en la PUCP; donde conoce cada día más de todo y de todos. Escribe esporádicamente para morir, y no muere porque quiere seguir escribiendo"

Paolo A. Sosa Villagarcia




Damos la bienvenida al compañero de ruta, Paolo.
                                                            Tú comenzaste en Diciembre.

(Hacer clik para ver su poesía)

ACTUALIZACIÓN DE EMERGENCIA
Se ha reportado que el link no funciona. ¡Qué lástima!
Pero solucionado ya está.
Además hemos conseguido el siguiente poema que está para releerse los dedos:

Séptico

Dentro de poco seremos nada. No seremos. El tiempo arremete violentamente en los días fríos, en los días de heladas secas y sol omnipresente impotente. No seremos. El sol. Arremete. Dios sabecuán real es dios. Diablitos recorren el umbral de la puerta de esta habitación. Cielo Azul. Azul. Cielo. Piedra. Pasto seco. Hierba seca. Humo de dolor campesino. Azul. Luz. Dios. Impotencia. Sol. ¿Cordura? Diablitos secos impotentes arremetiendo violentamente en los días que son nada. No seremos. Dentro de poco seremos omnipresentes impotentes. Azules. Dios. Dentro de un tiempo seremos dios, seremos dios ¡DIOS! Seremos omnipresentes. Los días se mueven como el sol. Arrancan con luz prometedora y esperanza, innoble condición de consentimiento, y terminan con fulgor masculino rompiendo y corrompiendo los sentidos entre las montañas, luz de ocaso. Luz que rompe el silencio. Noche. Dentro de poco seremos nada. No seremos. Y yo no sé qué seguir, qué maestro contemplar, en qué luz depositar mi fe y la esperanza ¿Acaso el sol y su luz omnipresente impotente? ¿Acaso la luna y su clamor vesánico? ¿Acaso los faroles llenos de polvo y de la grasa de toda nuestra corrupción? ¿Acaso el neón brillante enloquecido y destructor?
¡¿Acaso una vela moribunda?!
Pronto no seremos. Dios moribundo recoje nuestros pedazos. Pedazos, azul, secos. Dios seco. Piedra arremete contra dios en los días en que no seremos, en los días de helada, en las noches omnipresentes impotentes. En mi sexo, en mi terrible sexo cubierto de espinas. Dios reposa en mi sexo ardiente, en mi dios enfermo. Dios reposa en la fragilidad del día, no seremos. En mi sexo. Luna, dios. Dios reposa en mis momentos más estúpidos. Piedra. Luna. Azul. Dios. Sol. Sexo. Hierba. No seremos. Dios, en mi sexo omnipresente no seremos, ardiente, erizado, peliagudo, corrompido. Dios no seremos, no seremos ni tú ni yo. En los días fríos no seremos nada.

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